Cerezos para la primavera

martes, 22 de enero de 2019

Dicen que el primer paso para ganar la batalla contra tus miedos es aceptar que existen, y que tienes las ganas de enfrentarlos frente al espejo, de invitarlos a salir de las sombras para tomar una copa de recuerdos. Es una masacre beber ese trago, pero también hay que ser consciente de todo lo que hemos perdido en el camino, hay que se arquitecto de uno mismo. Nunca pensé que yo misma me estaba haciendo la zancadilla entre las palabras por querer escribir siempre de lo mismo, describir el dolor hasta haciendo el pino, cómo si le pudiera provocar vértigo.  Me tocó clavar una pluma entre mis costillas, y sangrar, marchar los papeles con mi cortado aliento y ver que aún no había muerto, que aquella escabechina de sentimientos tenían que salir o me terminarían envenenando, dicen que lo importante es el fondo, por lo que una vez tocado, sólo se podía ascender.  Y sabes, de la palabra soledad, me quede con su raíz, (sol) y cómo brillaba entre mis manos, una mezcla gaseosa de ilusión y delirio con la que podía jugar a los malabares. Ojalá me hubieras visto, con la casa vacía, y yo bailando, saltando, y que algún pervertido hubiese intentado sacarme una foto, no me hubiera podido cazar, porque no me paraba de mover.  Si me preguntas que estoy haciendo, te diré que plantar cerezos para la primavera, y que Neruda se enamore de ellos, no me pidas razones, o detalles, sabes que no los voy a describir, el viento que gira, no lo intentes controlar. 

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