"—Todas las cosas existen en tres reinos, Gaotona. Físico, cognitivo y espiritual. El físico es lo que sentimos, lo que tenemos delante. El cognitivo es cómo vemos un objeto y cómo ese objeto se ve a sí mismo. El reino espiritual contiene el alma del objeto, su esencia, además de las formas en que está conectado a las cosas y personas que lo rodean.
—Debes comprender que no suscribo tus supersticiones paganas —objetó Gaotona.
—Sí, en cambio adoras al sol —respondió Shai, sin poder reprimir la burla de su voz—. O, más bien, a ochenta soles… creyendo que aunque todos son exactamente iguales, cada día sale un sol diferente. Bueno, querías saber cómo funciona la falsificación, y por qué el alma del emperador será difícil de reproducir. Los reinos son importantes para esto.
—Muy bien.
—Este es el argumento. Cuanto más tiempo exista un objeto como conjunto, y más tiempo se vea en ese estado, más fuerte será su sensación de identidad completa. Esa mesa está compuesta de diversas piezas de madera unidas, pero ¿pensamos así de ella? No. Vemos el todo.
»Para falsificar la mesa, debo comprenderla como un conjunto. Lo mismo sucede con una pared. Aquella pared ha existido el tiempo suficiente para verse a sí misma como una única entidad. Yo podría, tal vez, haber abordado cada bloque por separado (todavía podrían ser lo suficientemente diferenciados), pero hacerlo sería difícil, ya que la pared quiere actuar como un todo.
—La pared quiere ser tratada como un todo —dijo Gaotona con voz inexpresiva.
—Sí.
—Estás dando a entender que la pared tiene alma.
—Todas las cosas la tienen —respondió ella—. Cada objeto se ve a sí mismo como algo. La conexión y la intención son vitales."
El alma del emperador, Brandon Sanderson
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