Una llamada de teléfono, una sonrisa y a la vez una búsqueda de un porqué
-Hola, ¿qué tal? ¡cuanto tiempo! los exámenes, el resto de cosas?
+Genial, ya ves aquí todo como siempre, ¿querías algo?
-Ya empezamos como siempre, con tus porqués, tu búsqueda de la razón y del sentido a todo
+Entiéndeme, no es que no me alegre de que me llames, que me ha encantado, pero me sorprende
-Si quieres me busco una tonta excusa, alguna gilipollez
+Si hubieras esperado una semana para mi cumpleaños, no te hubiera preguntado un porqué me has llamado, hubiera supuesto que para felicitarme
-Apunto de cumplir los 16 y crees que no sé que ese día vas a estar totalmente desaparecida, que llamar a
tu casa a cualquier hora va a supone que no estés, nos conocemos ya desde hace tiempo.
+No se quizás este año hubiera cambiado y esté en casa, aveces pasa las personas cambiamos
-Vale, sigues tomando siempre mantecado de limón,
+Bueno quizás esté últimamente mas sensible, pero si
-Vas a subir en verano?
-No
+¿Pensabas decirlo, o avisarlo?
-No, quiero una temporada desaparecida y de relax, supongo que lo entenderéis
+Claro, si no te he pedido ningún porqué, entenderte, bueno eso cuesta un poco más, ale agur ta ikuzi arte (adiós, hasta la vista)
-¿Volverás a llamarme?
+No sé , si me apetece, si claro, si no pues no, ya sabes hacer siempre lo que queremos, también puedes llamar tú, pero no lo hagas por obligación o por una especie de deuda porque te llamase hoy, llámame cuando de verdad quieras hablar no hace falta que inventes ninguna excusa.
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