Huí del escenario del crimen para evitar que las huellas me
señalaran como posible sospechosa.
Y es que, el miedo me anuló por completo,
hizo que huyera despavorida para evitar volver a
ilusionarme,
ni si quiera fui capaz de confesar lo implicada que estaba
en una historia con posible final feliz
y con un largo camino aún por recorrer.
No lo sé, me nublé y eso que el cielo estaba totalmente
despejado,
todo a mi alrededor desprendía felicidad y sin embargo,
era yo, que me sentía presa de mis sentimientos
buscando la salida de emergencia más cercana.
Y pasa que tal vez,
la huida no sea el camino mejor pensado,
solo que dejar que el miedo hable por ti es lo más fácil en
ese momento,
pero cuando te das cuenta que lo único que consigues es
engañarte tu misma,
es cuando aprendes que lo imposible se tiene que intentar..
- Entonces, ¿que harás ahora que lo tienes claro?
- Buscar a mi cómplice, con quién empecé todo esto.
La niña cuadriculada
Hola. huir y el miedo no son buenos compañeros vitales... una historia que invita a la reflexión. Seguimos en contacto
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