Envíanos tus historias: Escalera hasta el infierno más tentador

lunes, 8 de junio de 2015

Cuando el viento sopla tan fuerte
que retumba el cabecero de la cama,
me recuerda a los muchos polvos que casi lo revientan.

Cuando con los ojos me dijiste me importas,
con las manos te deseo,
y con los labios en su boca
doy por hecho que soy una enfermedad
y que el único remedio es algo menos conflictivo,
más dulce, y seguramente, con más curvas.

Cuando aprendí que no es mejor,
pero sí menos dañino,
no confiar en nadie.

Cuando se me rompió una parte de dentro
porque te la había enseñado.

Cuando no te pude recriminar nada
por mil términos no estipulados.

Cuando toda esta escalera hasta el infierno más tentador
acabó en una cama que nos había abrazado finitas noches,
ahogada por infinitas lágrimas.

Laura Martin Muñoz

2 comentarios:

  1. Que bonito, me ha gustado mucho. .
    Me gusta la parte en la de que no puede confiar en nadie. Es muy real. MUCHOS BESOS!!!

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