La verdad es que la intención de esta entrada consistía en
hacer una reseña de un libro que me acabo de leer, Dime quien soy de Julia
Navarro, pero a lo largo del día se me han empezado a juntar una serie de
pensamientos en mi cabeza que me parecía que merecía la pena compartir con
vosotros, todo esto a raíz del siguiente fragmento que voy a escribir a
continuación.
“Las palabras puede ser palabras, o puñales, o besos, o
dardos envenenados, o señales de humor, o mensajes de auxilio, puede ser
inofensivas, pero también pueden cambiar destinos si se utilizan con vehemencia,
despertador enfados cuando son malinterpretadas y provocar rabia cuando no se
dicen. Cada palabra tiene su momento y su escenario”
Clara Ruiz de Gauna “Las palabras no se las lleva el viento”
Hoy he salido a dar una vuelta a última hora a despejarme, y
me he dedicado un poco a andar sin rumbo por Madrid, me sorprendía la cantidad
de gente que se aferraba a lo móviles sin levantar la vista de ellos, como si
cada instante de nuestra vida tuviera que ser notificado a alguien, yo por
suerte o por desgracia soy de wifi, asique en cuanto salgo de mi casa quedo “incomunicada”
del resto de la sociedad, aun me pregunto qué ha pasado con todas esas veces
que nos hemos encontrado con casualidad con alguien y que esas pequeñas
idioteces de la vida nos consistían en una sonrisa ¿Cómo nos vamos a dar cuenta ahora de ello? , o aquellos momentos en los
que podíamos dedicarnos a pensar en nosotros mismos, también podíamos tener más
historias que contar y escuchábamos más.
Así que supongo que ahora lo que pasa es una sobre
explotación de las palabras, que las hemos desgastado hasta perder su significado
y sobre todo que ya nos perdemos demasiadas cosas, porque a través de una
pantalla es imposible saber con exactitud las expresiones de nuestra cara, y si
ese típico “bien”, es en realidad un mensaje de auxilio para rescatar a alguien.
A lo largo de estas semanas han sucedido una serie de
acontecimiento que han revolucionado la sociedad, por un lado las concentraciones
y manifestaciones por la situación de mal estar que hay en nuestro país, no voy
a entrar en política porque no creo que tenga la suficiente madurez e
información como para poder hacerlo, pero un hecho objetivo es que hay dos
interpretaciones en general de estas marchas, por un lado algunos han
retransmitido una ofensiva policial hacia los ciudadanos, que sus pelotas de
goma han causado destrozos, la otra versión en rasgos generales es la de unos
manifestantes violentos que han lanzado piedras y acribillado contra los policías
que han quedado heridos, ¿Qué versión es la correcta? No lo sé, la única síntesis
que quería sacar de esto, es que en ambos casos la manipulación de los medios
para decirnos la realidad, y todo se radica a que ellos son los que tienen el
control de las maravillosas palabras.
El otro acontecimiento es la muerte de Adolfo Suarez,
presidente durante la transición, del cual todos sacan la misma conclusión, su
capacidad de oratoria, para poder solventar los problemas de la guerra y por
primera vez conseguir una unificación entre bandos e ideologías contrarias.
Creo que todo que mi mensaje, a pesar de estas divagaciones
y vueltas es sencillo “Las palabras no se las lleva el viento”, entonces ahora
que lo sabemos ¿seríamos capaces de convencer una revolución con ellas para
cambiar todo aquello que no nos gusta?
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