¡Buenas tardes a todos! Ayer mismo inauguramos la nueva sección y hoy ya tenemos los primeros textos enviados por un lectores. ¡Muchas gracias por participar!
¿Te has parado a pensar si realmente eres feliz?
¿Te has parado a pensar si realmente eres feliz?
Tenemos un mecanismo de autodefensa que activamos cuando
queremos ocultar nuestros verdaderos sentimientos, un “hoy es un mal día para
mí”, pero a pesar de ellos soy una orgullosa y no puedo dejar que me vean con
la sonrisa rota dibujada en la cara.
Así que me voy a esconder detrás de mí “yo irónico” no vaya
ser que me descubran mis puntos débiles y entonces la vayamos a liar, así
pareceré la misma de siempre.
Seré aquella chica de las frases intensas, la del miedo
atroz a tomar decisiones, o tal vez solo es ¿que realmente quieres ser feliz
solo que el mundo que hay a tu alrededor te condiciona a no poder hacerlo?
Corazón, déjame decirte que podrás engañarte a ti misma
incluso a un mundo cruel lleno de prejuicios, pero, a quien realmente te
conoce, tendrás que pasarte al arte dramático para conseguirlo.
¿A qué estamos jugando?
Porque estamos
jugando a todo menos a ser sinceras la una con la otra.
Jugamos a las "conversaciones" por whatssapp, esas
conversaciones que dependiendo del día acaban terminando enrevesadas o con un
simple "bueno, me voy a dormir que estoy sobing". Conversaciones en
las que jugamos con indirectas, indirectas que ambas pillamos pero, somos tan
valientes que no queremos verlas.
Entonces, decidimos pasar, seguir como si nada, fingiendo lo
que no somos porque ni si quiera lo sabemos, dando vueltas en un círculo
vicioso donde nos encontramos con todos los factores de la ecuación y solo
queremos ver los que nos interesan. Nos interesa estar calladas porque en el
momento que una de las dos sea sincera, el mundo de la otra se desmorona, bueno..
Eso si ese mundo no lleva meses siendo un continuo bucle del que aún no se ha
salido. Llevamos haciendo el gilipollas durante meses, yendo de un lado para
otro como locas sin cabeza. ¿Ya está bien, no?
¿Porque no dejamos de
jugar a cosas que no nos van a llevar a ninguna parte, y jugamos a la
sinceridad, que marcará la sentencia final?
¿Cómo sería todo si no hubiese ningún intermediario entre
nosotras?
Las veces que me he
podido hacer esta pregunta han sido infinitas, tan infinitas como las ganas que
te tengo. Y es que ya no es cuestión de pensar que nos pasó, eso ya no tiene solución,
pero fíjate que si que pienso en que podría pasar el día que se me crucen los
cables y enloquezca.
Porque, en esto
consiste como tú me decías, el "empieza a vivir" y yo te dije, como
empiece a vivir no quiero saber que pasaría, solo sé que la primera razón por
la que empezaría a quemar todos mis esquemas es por ver hasta dónde llega y me
lleva ese humo que sale de la papelera de mi habitación. Quizás me lleve a tu
cama, donde tanto te escondes o no, quien sabe. Y, mira que digo que nunca
volveré a ese punto pero, puestos a dejarse llevar, ya me da igual volver a un
punto que a otro. Las hostias ya me las he llevado, una más otra menos, eso
solo despierta mis ganas por seguir luchando, y sí suena muy masoquista pero,
sí me dijeran que tengo que saltar de un edificio a otro, cuya distancia entre
los dos, es aterrorizantemente incalculable porque lo que está al otro lado es
la única razón que me ha merecido vivir la vida hasta ahora, créeme que lo
haría.
¿Acojono verdad? La persona que conociste, ha cambiado mucho, ya no le
teme a nada, porque dicen que una vez que ves el miedo de cerca y lo que es
más, lo vives, se convierte en una simple palabra cuya pronunciación es
totalmente desafiante.
La niña cuadriculada
Intereses a medias no te llevarán a ningún sitio
Sin nada más que ganas es solo un simple vicio
Idas y venidas que me sacan de quicio.
Intenciones baratas no te llevarán a ningún lado
Si no me vieses como un simple objetivo marcado
Corazón y razón van algo desequilibrados.
Mentiras con excusas te llevarán al tiempo perdido
Sin reglas en un simple juego desmedido
Ilusiones y decepciones que no he pedido.
Altibajos que hacen dudar
Ya no sé mañana qué esperar
Si un beso para no querer de nadie más
Si una mirada con ganas de no volver atrás.
Pero no quieras confundir a un corazón
que es tan grande y bueno como cabrón
Toma mi consejo, hazlo por los dos.
No me cantes amores que no busco en ti
No me cuentes historias que no quieres en mí
No me trates de princesa sin ser un noble principe
Solo pídeme a mí. Así de simple
Gabriela Betancourt
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