Tiempo y dolor

martes, 18 de septiembre de 2012

¿El tiempo lo cura todo o no? El tiempo. Para muchos la mejor panacea para los dolores del alma. Pero no es así. El tiempo no cura, transforma. Cuando sufrimos una perdida, el dolor nos nubla la mente, nos impide pensar en otra cosa que no sea el origen de ese dolor. Entonces, buscando alguna manera de aplacar a la oscura bestia que es el dolor, la encerramos y enterramos en lo mas profundo de nuestro ser, volcando encima el resto de nuestros sentimientos. De esta manera el dolor no llega a nosotros, esta sepultado bajo una capa de distracciones que nosotros nos buscamos. Y esperamos. Esperamos que el tiempo transforme ese dolor en otra cosa. Y lo hace. Un día vemos que ese dolor que en un tiempo se nos antojó insoportable, ahora ha cambiado. Es un dolor agradable. Es un dolor que duele, porque a fin de cuentas es dolor, pero no queremos que pare, recordamos que fue lo que producía ese dolor y son recuerdos agradables.
Pero puede ser que sin querer, desenterremos ese dolor antes de tiempo. Un día estamos pensando y sin quererlo excavamos demasiado hondo en nuestra conciencia, y nos encontramos con ese dolor que un día enterramos. Y sigue doliendo. Lloramos, con la esperanza de ahogar al dolor, de que mengue, y de alguna manera es lo que ocurre. Y es que cuanto mas llores, mas fácil va a ser enterrar ese dolor.
Por eso digo que el tiempo no cura, sino que transforma. Porque el dolor sigue estando allí, solo que de manera diferente.

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