"En medio del silencio, Lyra se quedó de pie junto al cadáver de
Lanre y pronunció su nombre. Su voz era un precepto. Su voz era de acero
y de piedra. Su voz le ordenaba que volviera a vivir. Pero Lanre yacía
inmóvil y muerto.
Con temor, Lyra se arrodilló junto al cadáver de Lanre y susurró
su nombre. Su voz era una llamada. Su voz era de amor y de deseo. Su voz
le pedía que volviera a vivir. Pero Lanre yacía frio y muerto.
Desesperada, Lyra se echó sobre el cadáver de Lanre y lloró su
nombre. Su voz era un susurro. Su voz era de eco y de vacío. Su voz le
suplicaba que volviera a vivir. Pero Lanre yacía sin aliento y muerto.”
El Nombre Del Viento, Patrick Rothfuss
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